La vida es bella

Por Jamirelis Rodríguez

Esta película ha sido de las mejores y más increíbles que mis ojos han podido apreciar. Aunque es una historia muy dura de contar y ver visualmente, el director nos ha llevado por un camino muy sutil e inocente. Guido (Roberto Benigni), quien es el personaje protagónico, le hace ver a su hijo que el holocausto es nada más y nada menos que un juego por el que tendrán que realizar una serie de retos y llevar tales comportamientos para ser los ganadores y volver a casa. Es una situación terrible de poder explicar a un niño, además del miedo que esto le pueda causar. Así que, de esta manera, su padre hace todo lo posible porque su hijo esté bien, tenga algo de comer y esté feliz, cuando la realidad es que, todo lo que vive a diario es muy fuerte. 

Me encanta como está contada la historia, la interpretación de los personajes es excepcional, en especial la de Benigni. No cabe duda de que ese premio a mejor actor lo merecía él por encima de todos, su trabajo fue impecable en todos los aspectos. Personalmente, a mí me fascinó cada escena donde estaba él (bueno, prácticamente todas, ¿no?), es muy divertido. Además de ser una película con un desarrollo y final muy triste, me ha parecido una de las más bonitas que he visto. Porque no solo se centra en lo duro de la situación dentro de los campos de concentración, sino que adicionalmente se enfoca en la relación de padre e hijo y todo lo que un padre puede llegar a hacer por su familia. La fotografía fue otra cosa que me gustó bastante, me parece que es un largometraje super bien hecho y muy bien pensado. Es una de esas películas que por más tristes que sean volverías a ver mil veces más. Definitivamente se convirtió en una de mis favoritas.

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