Puedes ver esta película como una “road movie” cómica. O puedes verla como un comentario filosófico profundo sobre cómo vivir el momento. “Bruno” es un adolescente crecido, amante de la diversión y que habla tranquilamente y que vive su vida hora tras hora. Por casualidad se encuentra con “Roberto”, un introvertido tímido y protegido. De alguna manera, Bruno shangha es su joven pasajero reacio en un viaje por carretera a campo traviesa. El resto es una incógnita. Aunque esta película es muy episódica, con personajes que entran y salen fugaces como en todas las road movies, Risi y la cámara tienen un especial cuidado en dar importancia incluso a los personajes más triviales. Personas que ni siquiera dicen una palabra pero cuya presencia implica historias enteras en sí mismas. Una de mis películas favoritas de todos los tiempos.