Me encantó la escena en donde se encuentran varios inmigrantes italianos juntos, comiendo y pasando el rato entre ellos. En eso, aparece Nino junto con otros dos hombres disfrazados de mujeres, cantando y bailando para los demás.
Me sorprende que aun entre todos los problemas que están enfrentando, logran sacar un pequeño momento para disfrutar entre sus hermanos, para olvidar por un segundo aquel futuro injusto y trabajador que les espera.
Frances G. López Rodriguez