Por Victoria Beltrán Carretero
Me parece que la película está bien estructurada, su comienzo romántico y cómico te atrapa desde el primer momento y mantiene esa atención del espectador en los momentos finales de la tragedia disfrazada de juego. Me llama la atención como Guido convence a su hijo Giosue de que todo es un juego y como nosotros los espectadores nos hicimos parte de ese juego aun sabiendo la triste realidad. Á mi percepción, la historia que Guido inventa te engancha a tal punto que olvidas por la triste situación que están pasando y ves todo a través de los ojos de Josué.
A pesar de que esta película toca un tema trágico como lo fue el holocausto, lo muestra de una manera sutil y casi imperciptible de ver su dolor. Me parece genial la manera en que Benigni logró darle un giro completamente diferente para que la película fuera más llevadera y mostrar un mensaje esperanzador. Se muestra de una manera jocosa pero sin ser ofensivo. Esta película me enseñó que no importa en qué lugar nos encontremos o que situación estamos pasando, debemos de ver la vida desde un punto de vista esperanzador y alegre. En otras palabras, la belleza de la vida, dependerá de la percepción con que queramos mirarla.
